Cada vez somos más conscientes de que el mundo necesita energía solar, renovable, limpia, y asequible.
En esta ocasión nos centraremos de los paneles solares para cultivos, también conocidos como agrovoltaicos, que buscan la máxima sinergia entre la energía fotovoltaica y la agricultura instalando paneles solares en terrenos de cultivo.
Combinar cultivos con paneles solares
Las granjas solares se combinan muy bien con tomates, pimientos, patatas y otras frutas, verduras y hortalizas. Comparten tierra y luz, ayudándose mutuamente a ser más eficientes.
De esta manera se producen alimentos sin contaminación, al no emplear combustibles fósiles.
La sombra y el menor consumo de agua convierten los sistemas agrovoltaicos en una forma de cultivo eficiente. El sombreado de los paneles fotovoltaicos proporciona múltiples beneficios, incluyendo la reducción del estrés por sequía de las plantas, una mayor producción de alimentos y la reducción del estrés térmico de los paneles fotovoltaicos.
La sombra de los paneles solares agrovoltaicos aporta temperaturas diurnas más frías y temperaturas nocturnas más cálidas para las plantas, así como más humedad en el aire.
Se logra reducir el consumo de agua ya que se da sombra a los cultivos durante varias horas al día, manteniendo la humedad durante más tiempo, lo que significa que se puede usar menos agua mientras se mantienen los niveles de producción de alimentos.
Un panel solar fotovoltaico es sensible a la temperatura, y cuando se calienta demasiado pierde eficiencia. Los cultivos debajo de los paneles solares drenan el agua a través de un proceso de transpiración natural, asegurando que los paneles solares para cultivos no alcancen temperaturas tan altas, además de la reducción de la evaporación del agua presente en el suelo.
De esta manera los agricultores que no dependen tanto de las condiciones climáticas o las plagas como para no tener una cosecha.
Cómo funcionan los paneles solares para cultivos
Los paneles solares para cultivos, conocidos también como energía agrovoltaica, emplea generalmente sistemas de soportes fijos para elevar los paneles solares unos 5 metros por encima del cultivo. De esta manera, la maquinaria agrícola puede acceder a los cultivos.
También se pueden instalar en los techos de los invernaderos.
Otra posibilidad es la agrovoltaica dinámica, que consiste en instalar los paneles sobre cables elevados y permite que estos puedan desplazarse manualmente con el paso de las estaciones y a medida que el agricultor cultiva distintas parcelas de tierra. Es una alternativa sencilla, desmontable y ligera.
Las instalaciones agrovoltaicas más modernas llevan inclusos sistemas de seguimiento que orientan los paneles para incrementar su eficacia y evitar que la sombra siempre se proyecte en el mismo lugar. Estos sistemas requieren de software que tenga en cuenta las fases de crecimiento de las plantas y la meteorología.
Y aún hay más, el sector de la energía fotovoltaica está a las puertas de una revolución. El desarrollo de unos nuevos paneles solares transparentes en lugar de las celdas fotovoltaicas de silicio abre todo un abanico de posibilidades. Los paneles solares transparentes están llamados a desempeñar un papel clave en la autosuficiencia energética, tanto en el sector agrario, como en todos los sectores profesionales y urbanos.