Existen multitud de paneles solares, pero se pueden diferenciar dos grandes categorías, los paneles solares térmicos y los paneles solares fotovoltaicos. Si tienes dudas sobre si instalar paneles solares fotovoltaicos o térmicos, aquí te contamos las características de cada uno.
Ambos tipos de paneles solares recogen los rayos del sol para generar energía, pero lo hacen de una manera diferente.
Paneles solares fotovoltaicos
En ocasiones anteriores os hemos ido hablando de este tipo de paneles solares, con información sobre ¿por qué instalar paneles solares fotovoltaicos?, ¿Cómo instalar placas solares para autoconsumo? e información concreta sobre placas solares industriales.
Dentro de este tipo de panel solar podemos encontrar tres grandes variantes, los paneles solares monocristalinos, los paneles solares policristalinos y los paneles solares amorfos.
Los paneles solares monocristalinos son muy comunes en el uso residencial. Están fabricados mediante células de silicio monocristalino.
Los paneles solares policristalinos son más comunes en el uso industrial, por su bajo coste y su elevada eficiencia. Son más baratos que los monocristalinos y se suelen cambiar más a menudo que los de uso residencial.
Los paneles solares amorfos, o también denominados de capa fina son los menos comunes, ya que aunque su coste de fabricación es más económico, su eficiencia en mucho menor por estar construidos con un silicio de peor calidad que los otros dos anteriores.
La energía solar fotovoltaica aprovecha la radiación solar y la transforma en energía eléctrica mediante el efecto fotovoltaico (emisión de electrones por un material iluminado con radiación electromagnética).
Se emplean para alimentar cualquier tipo de aplicación que necesite energía eléctrica.
Los paneles fotovoltaicos son más caros, pero tienen una vida útil mucho más larga que los térmicos, unos 20 años frente a los 10 de la energía térmica.
La tecnología de los paneles fotovoltaicos es más avanzada que la de los térmicos y no sufre problemas de congelación, algo que puede ocurrir en el caso de los térmicos.
Paneles solares térmicos
Este tipo de paneles están compuestos en su interior por unos tubos donde circula un líquido, que dependiendo del modelo puede ser agua, alcohol, agua con anticongelante, etc. Y al llegarles la luz del sol el líquido se calienta y transmite dicho calor a un depósito o intercambiador.
Con la energía solar térmica se obtiene calefacción y agua caliente sanitaria. También producen energía mecánica, de la que se obtiene luego la eléctrica.
Aunque hay varios subtipos, los dos principales son los captadores planos y los captadores de tubo vacío.
Los captadores planos cuentan con una serie de tubos, su potencia es bastante baja, son los más habituales en el uso residencial. Permiten suministrar agua caliente sanitaria y calefacción
Los captadores de tubos de vacío están formados por un conjunto de tubos individuales huecos, añadiendo una tubería por la que circula el fluido calo-portador. Tiene un mayor rendimiento que los anteriores.
Los paneles solares térmicos son más eficientes ya que pueden aprovechar hasta el 80% de la energía solar, pero los fotovoltaicos aprovechan entre el 7 y el 25%, ya que es un sistema más complejo que convierte la energía solar en electricidad, pero con ese aprovechamiento ya suponen un ahorro de energía de alrededor de un 50%.
