La inteligencia artificial (IA) que se nutre de algoritmos y big data también contribuye al ahorro energético y el aumento de la sostenibilidad para reducir la dependencia energética externa.
Y es que el elevado precio de la luz (aunque cabe señalar que afortunadamente contamos con el tope ibérico al gas en España, porque nuestros vecinos europeos están pagando muchísimo más de luz y gas) y la dependencia energética que tan patente se ha hecho con el conflicto de Rusia y Ucrania, ha puesto de manifiesto la importancia de implantar fuentes de energía más sostenibles.
Las tecnologías de IA permiten usar ordenadores para analizar millones de datos en tiempo real, correlacionar eventos a priori inconexos o aprender del pasado. En definitiva, alivia a los usuarios de tomar decisiones cuando éstas implican una complejidad inmanejable.
Aplicaciones de la IA al sector energético
La inteligencia artificial tiene múltiples aplicaciones en el sector energético, ya sea para tareas de mantenimiento predictivo, para ajustar oferta y demanda o para desarrollar nuevos servicios y mejorar el confort de las personas.
La IA se basa en técnicas de predicción, planificación y control, completamente aplicables para el sector energético.
Tanto en el hogar como en cualquier sector de actividad profesional puede implantarse Inteligencia Artificial para medir el consumo, obtener información a tiempo real del gasto energético, conocer posibles averías incidencias a tiempo real, programar encendidos y apagados, enganches ilegales o incluso detectar una mala gestión de la energía fotovoltaica por autoconsumos.
Toda esta información permite no solo ahorrar sino también tomar decisiones más inteligentes y efectivas.
Mediante la IA se pueden también implantar sensores en edificios completos, naves industriales, etc. Puede apagar un edificio entero un fin de semana que se sabe que no hay nadie, saber a qué hora encender la calefacción si hay una reunión profesional,
De esta forma permite mejorar la optimización energética, conociendo de ante mano cuál es el mejor momento para encender dispositivos eléctricos en el negocio o en el hogar, saber qué hora es mejor para recargar un coche eléctrico, etc.
Otra aplicación es detectar cambios bruscos en la tensión, antes de la llegada de la IA se sucedía un episodio de sobretensión se cambiaba el cable eléctrico por otro de mayor tamaño, pero con la IA se obtienen información sobre el motivo de ese pico de sobretensión, trata de repartir el gasto y adaptar el comportamiento del consumo.
De esta manera se pueden aprovechar los hábitos específicos del edificio o del hogar o negocio a cada usuario.
La inteligencia artificial aporta capacidades predictivas inteligentes para prever incidencias y mejorar la eficiencia, la seguridad y la resiliencia de la red eléctrica, mejora las operaciones de sistemas y equipos haciendo que funcionen con la máxima eficiencia basándose en parámetros analíticos, evalúa riesgos y los aborda en tiempo real.
La aplicación de la IA mejora la eficiencia en el sector de las energías renovables, reduciendo el coste de mantenimiento en sus instalaciones.
