La eficiencia energética es todavía una asignatura pendiente para algunas PYMEs españolas.
Dos de cada tres PYMES no han implementado ninguna mejora al respecto en la actualidad.
La propia Agencia Internacional de la Energía calcula que las medidas de eficiencia energética rentables pueden hacer ahorrar un 30 % en la factura de la luz de las PYMEs.
Además del ahorro económico, la reducción de las emisiones de CO2 es una prioridad para la sociedad en general y las PYMEs no deben ignorar este hecho. Y es que las PYMEs son fundamentales para alcanzar el objetivo propuesto por el Acuerdo de París que es emitir cero emisiones en 2050.
Las empresas con menos de 250 empleados representan al 99% del tejido productivo mundial ¿os imagináis lo que se podría alcanzar si todas ellas fueran a una en mejorar su eficiencia energética y por lo tanto, reducir sus emisiones de CO2? Son las responsables del 13% de la demanda energética mundial según la Agencia Internacional de la Energía, que estima que podrían reducir en un 30% su demanda energética aplicando medidas de eficiencia energética.
Las PYMEs eficientes ganan productividad y calidad
La suma de muchas pequeñas acciones es lo que marca la diferencia en una PYME: monitorizar el gasto energético, controlarlo, cambiar hábitos de consumo, mejorar el aislamiento térmico, contar con maquinarias e infraestructuras con buena eficiencia energética, el uso de energía renovables como son las placas solares fotovoltaicas, instalar ventilación con recuperación del calor, instalación de sistemas de aerotermia, etc.
La eficiencia energética en las PYMEs supone un impulso a su crecimiento ya que mejora la productividad y eso repercute en la calidad del producto/servicio. Además hace que se tenga una menor dependencia de la energía importada.
Por supuesto, gracias a sistemas energéticamente eficientes, se ahorran costes del consumo eléctrico, se reduce la huella de carbono, se cumplen las normas de sostenibilidad que cada vez son más exigentes, se obtienen estándares de eficiencia energética entre los que se encuentra la ISO 50001 de Gestión Energética que ponen en valor la responsabilidad ambiental para esa PYME, algo que los clientes cada vez valoran más.
De hecho, mostrarse al consumidor como concienciado con el medio ambiente es un argumento más que favorable y aporta valor añadido para los consumidores, algo que puede ser clave en su decisión de compra.
Y es que más allá de la oportunidad de ahorrar y de disminuir la huella de carbono, con los propios consumidores, la legislación y normativas, las ONGS y la sociedad en general los que están creando una presión social a las empresas de todos los tamaños para que se sumen a la mejora del consumo energético.